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Revivir el Acero: Todo sobre la Rehabilitación de Tuberías de Acero al Carbón

Persona arreglando una tubería de acero

En los sistemas de conducción de agua, llega un punto en el que la tubería de acero al carbón comienza a presentar desgaste, corrosión o daños que afectan su funcionamiento. Pero antes de pensar en reemplazar todo, existe una solución eficiente y rentable: la rehabilitación de tubería de acero. A continuación te explicamos a detalle en que consiste esta opción que te hará ahorrar mucho dinero.

 

¿En qué consiste la rehabilitación de tubería?

La rehabilitación de tubería de acero al carbón es un proceso mediante el cual tú como cliente reutilizas tus propios tubos. Estos se restauran y recuperan su funcionalidad, prolongando su vida útil y ayudándote a ahorrar dinero y tiempo en comparación con un reemplazo total.

A continuación te dejamos el proceso estándar de rehabilitación que manejamos en Tubos y Conexiones:

  • Limpieza: Se retira la suciedad y cualquier otra partícula contaminante.
  • Corte: Se retiran los extremos roscados para maquinar nuevos hilos.
  • Careado: Corte plano para facilitar ensamblaje.
  • Biselado: Corte angular para facilitar el sellado.
  • Roscado: Maquinado de hilos nuevos bajo normativa.
  • Fabricación de Coples: Elaboración de nuevas conexiones.
  • Apretado de Cople: Apretado mecánico del cople en el tubo.
  • Fondo y Pintura: Se coloca un fondo que permite fijar la pintura y esta protege el tubo de ambientes corrosivos.

 

¿Cuándo es recomendable rehabilitar la tubería?

La rehabilitación es ideal cuando la tubería presenta:

  • Corrosión.
  • Fugas.
  • Perdida de presión.
  • Roscas con daños significativos.
  • Acumulación interna de residuos o sarro.

El deterioro de los sistemas de tuberías está sujeto a las condiciones a las que están expuestos, por lo que no existe un momento exacto para realizar la rehabilitación.

Consejo: Recomendamos realizar inspecciones periódicas que permitan identificar señales de desgaste, corrosión o fugas a tiempo, y así evitar fallas mayores o paros inesperados.

 

Rehabilitación vs Reemplazo

Vamos a poner cara a cara las opciones que se te pueden presentar al momento de darle mantenimiento a tus sistemas y de este modo elijas la mejor opción.

Rehabilitación:

  • Proceso de restaurar tuberías existentes para extender su vida útil.
  • Más económico.
  • Ideal cuando se tiene daño superficial y viable de reparación.
  • Ejemplo de tubería que puede ser rehabilitada:

 

Tubería oxidada para rehabilitación

Reemplazo:

  • Proceso de adquirir nueva tubería.
  • Más costoso, pero necesario cuando la rehabilitación no es viable.
  • Ideal cuando se tiene daño significativo.
  • Ejemplo de tubería que debe ser reemplazada:

 

Tubería con perforación por oxido

Resumiendo lo anterior, la decisión entre rehabilitación y reemplazo debe basarse primero en la viabilidad de restaurar la tubería y segundo considerando el costo.

Recuerda: Si tu tubería aún puede ser rehabilitada y decides reemplazarla, también es una decisión válida.

 

Cuando NO se puede rehabilitar la tubería

Desafortunadamente, no toda la tubería puede ser sometida a rehabilitación, ya que en algunos casos el deterioro es tan significativo que ya no se puede garantizar la seguridad, calidad y eficiencia del sistema. En tales situaciones, lo más recomendable es proceder con el reemplazo de la pieza.

A continuación, te presentamos los puntos clave para identificar cuándo una tubería ha quedado totalmente obsoleta:

  • Corrosión severa: Esta se identifica cuando la pared del tubo ya está demasiado delgada y puede generar perforaciones.
  • Fisuras o grietas: No se debe intentar reparar un tubo con fisuras o grietas, ya que no existen métodos de reparación confiables para garantizar su seguridad y funcionalidad.
  • Deformaciones permanentes: Tubería doblada, aplastada o con forma irregular que no puede recuperarse.
  • Medidas fuera de normativa: Diámetros, espesores o longitudes que ya no se ajustan a la normativa.
  • Material contaminado: Tuberías con residuos químicos o contaminantes que no se pueden remover por completo.
  • Rehabilitaciones previas: Recomendamos no rehabilitar el mismo tubo más 3 veces ya que su integridad puede verse comprometida.
  • Rehabilitaciones mal trabajadas: Una rehabilitación realizada sin calidad puede dejar vulnerabilidades. Siempre comprueba tus tubos rehabilitados.
  • Roscas totalmente dañadas: Cuando las roscas vienen tan dañadas que se necesitan hacer cortes tan largos que reducen demasiado la longitud de la tubería.

Recomendación: Si tu asesor de Tubos y Conexiones te indica que una rehabilitación no es viable, lo mejor es seguir su consejo para evitar fallas y garantizar la seguridad de tu sistema. ¡Recuerda, la seguridad es lo primero!

 

Conclusión

La rehabilitación de tuberías es una excelente opción para prolongar la vida útil de tus sistemas, pero no todos los daños pueden ser reparados. Es fundamental evaluar cuidadosamente las condiciones del tubo y considerar factores como la cantidad de rehabilitaciones previas, el tipo de daño y la seguridad del sistema. Siempre sigue las recomendaciones de nuestros expertos para garantizar un funcionamiento seguro y eficiente.

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